JUBILADOS Y PENSIONADOS

No siempre el olvido en las personas mayores puede significar Alzheimer

El no reconocer a seres queridos o perderse en su barrio, puede ser un síntoma de la enfermedad.

La enfermedad de Alzheimer, que es la demencia más frecuente, afecta la memoria, las habilidades, el lenguaje y progresivamente otras facultades. A medida que progresa aumentan las necesidades de atención constante hacia el paciente por parte de cuidadores especializados y, a la larga, también necesitan de recursos institucionales.
Se puede hablar de un índice de afectados del 10% de la población de edad cercana a los 65 años y del 50 % en personas de edades cercanas a los 85 años. Estos porcentajes de incidencia posicionan a la enfermedad de Alzheimer en uno de los primeros puestos de la problemática sanitaria contemporánea. Todavía no se conocen las causas de este mal.
Según lo expresado por la doctora Marina Eguren, médica clínica con orientación en geriatría, “los pacientes sufren un deterioro progresivo de las funciones cognitivas superiores, porque no sólo les falla la memoria, no sólo se olvidan hechos recientes, sino que también les falla el juicio, la orientación temporo-espacial, el razonamiento”, dijo.
La médica aclaró que no toda persona que se olvida de las cosas está enferma de Alzheimer. “El olvido puede deberse a un tema tensional, de estrés. Uno puede tener tantas cosas en la cabeza que se olvida de algunas, también puede deberse a problemas de atención, a problemas emocionales, etc. y no precisamente a esta enfermedad”, apuntó.
Señaló que si una persona se perdió en el barrio donde vivió toda su vida, es algo que debe llamar la atención a los familiares, también si no reconoce a sus propios hijos, si hay cambios de conducta o de personalidad.
“Lo último que se pierde es lo que primero que se aprende. Recuerdan cosas de su infancia pero no las que pasaron recientemente. Los cuidadores de pacientes con Alzheimer trabajan mucho con la reminiscencia, con el pasado de la persona afectada,  con los momentos agradables que pasó, para que los recuerde y tenga la sensación de bienestar”, expresó.
Respecto a si este mal se daba a una edad avanzada dijo que sí, que su aparición podía tener una relación con la edad, que cuanto más grande era la persona, más probabilidad tenía de sufrir este tipo de patología, pero aclaró que también se podía dar en gente más joven.

Consulta

La doctora Eguren dijo que para consultar a un profesional cuando aparecen los primeros síntomas, el paciente afectado puede acudir al médico de cabecera, ya que es el profesional sanitario que más conoce la salud del afectado. También puede acudir a un clínico o a un gerontólogo.
“Esta es una enfermedad que manejan los psiquiatras, los neurólogos o los clínicos con orientación geriátrica. Hacer el diagnóstico puede llevar de seis meses a un año, porque no se da de un día para el otro”, expresó.
“Hay veces en que el familiar no entiende al paciente, lo cuestiona: “¿Cómo no te acordás?”, existe una reacción de agresividad, de negación, de maltrato, porque el familiar no entiende que esa persona está enferma aunque en apariencia la ve bien”, dijo.

La herencia

El Alzheimer también puede aparecer de 55 a 60 años, y según lo manifestado por Eguren, la enfermedad puede ser mucho más agresiva y con períodos más cortos de evolución. “En dos o tres años se deterioran a un estado de postración importante”, dijo.
“Cuando se da en personas más jóvenes, tiene más relación con la herencia. Cuando se da en personas más grandes, de 75 a 80 años, tiene poco que ver la herencia sino que hay una degeneración del sistema neurológico, que no se sabe bien por qué empieza. Hay un montón de teorías, incluso relacionadas con cuestiones inmunológicas, pero realmente, no se conoce la causa. Hasta ahora no hay nada en concreto para curar la enfermedad. Los laboratorios dicen que hay medicaciones para retrasar la evolución y mejorar subjetivamente las condiciones del paciente. El paciente dice que se siente mejor, y la familia que el paciente está más conectado, pero uno hace los tests de memoria y no hay diferencia”, explicó.

La afectación

“A medida que avanza la enfermedad, se afectan cada vez más las funciones superiores, empieza el deterioro hasta que llega un momento en que el paciente no puede caminar, ni hablar, ni casi comer. Entonces, las principales causas de muerte del Alzheimer no es el Alzheimer en sí sino las complicaciones, el estado de postración, las neumonías espirativas, las escaras y después las infecciones, la incontinencia, etc. Desde que empieza la enfermedad hasta la muerte pueden pasar 20 años, entonces el tema más grave es ¿qué se hace con estos pacientes? porque no son autoválidos, dependen del cuidado de los familiares en general, esta situación puede llevar incluso a que el cuidador se enferme, también puede significar un problema económico muy grande para la familia”, dijo. 

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